Urna Redmocracia


Granjas de bots: una amenaza tangible para la democracia digital

En Redmocracia nos alarma la creciente proliferación de granjas de bots, usadas para simular actividad humana, distorsionar el debate público y socavar la legitimidad de los procesos democráticos. Estas operaciones automatizadas, hoy con costos accesibles y un gran alcance, amenazan la confianza ciudadana y el equilibrio de la opinión pública.

Cotización realizada por Redmocracia: inversión y alcance real

– Rig de 20 placas de celular: costo aproximado de $1.400 USD; genera entre 40 000 y 100 000 reacciones al día.

– Rig de 40 placas de celular: costo aproximado de $2.500 USD; produce entre 80 000 y 200 000 interacciones diarias.

Con una inversión modesta, es posible crear una máquina de influencia en redes sociales, amplificar mensajes, manipular percepciones y dar la impresión de apoyo masivo.

Evidencia de uso real en campañas y elecciones

Numerosos casos documentan cómo bots y campañas automatizadas han sido empleados para favorecer a candidatos o socavar a sus oponentes:

Carrera para Speaker de la Cámara en Texas (2025)

Durante la contienda entre el diputado Dustin Burrows y David Cook, se identificó un ataque coordinado de bots que publicaban cientos de comentarios negativos contra Burrows, pintándolo como “RINO” o traidor, mientras promovían a Cook. Un análisis de 900 cuentas sospechosas detectó patrones como cuentas recién creadas, geolocalización fuera de Texas y mensajes repetitivos. A pesar de esto, Burrows ganó la elección.

Elección presidencial de EE. UU. (2016)

Estudios estiman que alrededor del 20 % de los tuits relacionados con elecciones entre el 16 de septiembre y el 21 de octubre de 2016 fueron generados por bots, influyendo en la conversación pública. Además, unos 400.000 bots participaron activamente en el debate político, responsables de aproximadamente 3,8 millones de tuits, alrededor del 20 % de toda la conversación electoral. En los días previos a la elección, los bots que apoyaban a Trump superaban en número a los de Clinton en una proporción de hasta 5 a 1.

Campaña “Project Birmingham” – Alabama (2017).

Esta operación de desinformación en Facebook y Twitter buscaba desviar votos del candidato Roy Moore hacia candidatos ficticios. Aunque su impacto real es debatido, costó unos $100.000 USD y logró atraer miles de bots rusos, generando contenido engañoso.

México – Peñabot y Meadebots

Durante la presidencia de Enrique Peña Nieto, los llamados Peñabots inundaban hashtags críticos al gobierno, desplazando denuncias legítimas con contenido espurio.

En la campaña de José Antonio Meade (2018), se detectó que el 94 % de seguidores de una cuenta de campaña (702.000 de 747.000) eran bots. Su cuenta oficial también tenía 25 % de seguidores falsos (216.000 de 981.000).

Elecciones en Ecuador (2017)

En el referéndum y elección presidencial de Ecuador, se identificaron más de 30.000 bots con motivación política, alterando artificialmente el número de seguidores y el entorno digital de los candidatos.

Campañas contra Evo Morales – Bolivia (2019)

Durante la crisis política, se crearon más de 68.000 cuentas falsas en Twitter para respaldar posturas anti-Morales. Algunas figuras opositoras fueron beneficiadas con notoriedad digital artificial.

Alternativa: ORB de Worldcoin como filtro humano

Frente a esta amenaza, surge una propuesta técnica: ORB de Worldcoin, un dispositivo de verificación biométrica que, mediante escaneo de iris, genera una prueba criptográfica de “único humano”, preservando la privacidad. Si cada perfil digital requeriese esta verificación, el uso de bots masivos quedaría limitado.

Los bots son una amenaza real y documentada, con capacidad de alterar percepciones y sufragar ganancias electorales con baja inversión. La tecnología de verificación biométrica de Worldcoin (ORB) puede ofrecer un contrapeso, pero no reemplaza el debate democrático ni las garantías ciudadanas.

Redmocracia defiende una democracia digital donde cada voz sea humana, legítima e inclusiva. Para lograrlo, necesitamos transparencia, participación ciudadana, control independiente y normas éticas claras. Solo así la tecnología podrá reforzar nuestra democracia, no socavarla.

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